Bibliografía:
Nace en Monóvar el 16 de Agosto de 1907. Durante su niñez y etapa escolar, dibuja y modela de forma intuitiva mereciendo la atención de sus profesores. Asiste durante varios años a la Academia de Arte de D. Juan Mallebrera en Monóvar.
A los 18 años se traslada a Madrid e ingresa en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. En 1930 expone con el Grupo » Artistas independientes» en el salón del Heraldo de Madrid. Obtiene un gran éxito. Su escultura titulada «Nadadora» fue adquirida por D. Gregorio Marañón.
Frecuenta en Madrid los ambientes culturales relacionados con Alberto Insúa, Hernández Catá, Laínez Alcalá y otros. En la tertulia de la granja del Henar conoce a Valle Inclán, Luis de Oteiza, Salaverría, Gomez Moreno, Lafuente Ferrari y Jardiel Poncela. Fue condiscípulo en la Escuela de Bellas Artes, de Zabaleta, Pedro Bueno, Enrique Cosin, etc.
En 1932 finaliza los estudios de Bellas Artes concediéndosele el título de Profesor de dibujo, y en 1934 finaliza la Sección de escultura y la de Profesores de Dibujo en la misma escuela, vuelve a Monóvar con la intención de reunir dinero suficiente para viajar a París. Se puso a trabajar con su padre en el campo, donde solía apuntar sus reflexiones acerca de la obra de Nitzsche y Schopenhauer. Incluso en los momentos de descanso, llegó a escribir sobre botijos cuando no tuvo papel donde hacerlo.
Realiza viajes de estudios artísticos por varios países europeos, especialmente por Francia e Italia.
En 1937, en plena Guerra Civil conoció a la que sería su esposa Salvadora Gil Pola. El 6 de septiembre de ese mismo año, contraen matrimonio por lo civil; y al poco tiempo es llamado a filas por el Ejército Republicano. Se incorporó a la Quinta sección del estado mayor (cartografía y dibujo) de4l Ejercito de Levante, donde permaneció hasta el final de la guerra.
1939, finalizada la contienda, se establece definitivamente en Monóvar. En esta época realiza algunos vaciados de escayola, como los bustos de su hermano Andrés y de su esposa, una maternidad y un torso femenino. Deja de esculpir de una manera no transitoria, sino definitivamente y según declaraciones suyas en un diario: «son varias las razones que me impulsaron a ello. De una parte, el hecho de que para producir una buena obra de arte en escultura, se invierte mucho tiempo y un gran esfuerzo…. La pintura me permite dar salida a mi arte a ritmo mucho más acelerado que la escultura. Además, la pintura me atrae enormemente, entre otras cosas por el color.»
1949 con tres amigos aficionados a la pintura, Pepe Amorós Serrano, Francisco Peiró y Luis Martínez preparan la 1ª exposición de Pintura en Monóvar. Más tarde se añadirían muchos amigos más hasta llegar a las máximas exposiciones con cuadros de Vázquez Díaz, Cossío, Zabaleta, Ortega Muñoz, Benjamín Palencia… etc.
En 1965 junto a un nutrido grupo de artistas y aficionados al arte y a literatura, crea «El Palera», un estudio enclavado en las estribaciones del castillo morisco que se alza sobre Monóvar, al que acudieron artistas de la talla de Pancho Cossío, Benjamín Palencia, Francisco Lozano, Pérez Gil, López Sánchez.
Rehusa las solicitudes que recibe para exponer hasta que en los años 1970 y 1973, a solicitud de Autoridades provinciales y amigos, expone en la Caja de Ahorros Provincial y en la Caja de Ahorros del Sureste de España en Alicante.
En su firme propósito de dedicarse exclusivamente a pintar, no asiste a concursos a los que es invitado. Obligado por sus amigos envía obras al Concurso Provincial de Pintura de la Diputación Provincial de Alicante, al «Primer Certamen Nacional de Artes Plásticas 1962» y al «5º Salón Nacional de Pintura» organizado por la Caja de Ahorros del Sureste de España. En los tres recibe importantes premios. Ha pintado más de dos mil cuadros.
Muere el 3 de Abril de 1979 en Monóvar.
Tomó parte en las 25 muestras colectivas de pintura (1949, 1953-1976) que se celebraron en Monóvar, la última: XXV AÑOS DE PINTURA EN MONOVAR – 1976, fue la del homenaje a su obra, en la que expone treinta y nueve obras.
La exposición de 1978 en la Sala Sorolla de Elda, fue la última que el pintor ofreció en vida. Tras su muerte en 1979, sus cuadros han aparecido en algunas exposiciones colectivas.
De su pintura dijo Gerardo Diego: «parece estar hecha de miel y almendras»
TEXTO SACADO DEL CATALOGO:
XXV AÑOS DE PINTURA EN MONOVAR -1976
Nada más justo que el homenaje que Monóvar tributa a su pintor Luis Vidal Maestre. Yo no sé si habrá otro caso de una identificación de un artista con su ciudad y su tierra comparable a la de Monóvar con Luis Vidal. Ello sería ya más que suficiente para que la exposición de su obra resultase en este año obligada. Pero además el artista es un auténtico creador de ambiente, un organizador de escuela modelo de entusiasmo, compañerísimo y emulación nobilísima. Hasta que, después de oír hablar de El Palera y de Luis Vidal a amigos míos, tuve ocasión de conocer esa tierra y en su centro al gran pintor, no pude darme cuenta de lo que un hombre es capaz de hacer. Porque Vidal es, sí, un artista, pero además es un hombre, un amigo generosísimo e intachable, un intérprete esclarecedor de una ciudad y su comarca que ya había tenido en «Azorín» su profundo narrador y poeta, pero ahora alcanzaba la gloria de encontrar otro narrador, otro poeta que nos la enaltecía pintándola en cuerpo y alma.
El arte de Luis Vidal, tan formado sólidamente en tres dimensiones, al abrazar definitivamente el plano de la pintura, encuentra su camino verdadero. El pinta desde la altura humana de su cueva sus tejados inagotables, sus torres y terrados, sus cerros y campos. Y no necesita salir de su atalaya, como no sea para tomar el portante y posar su caballete ante otros paisajes de las vegas y altozanos próximos. Viajes a iglesias, castillos y murallas, árboles e interiores, y al fondo la sospecha del azul mediterráneo. Y vence, como en las mejillas de sus hijos menores, en las de Luis para empezar, el rosa, el delicadísimo rosa que en los primeros ensayos no triunfa todavía de las vecindades de verdes azulosos y notas de amarillos y tierras, pero que año tras año se irá afinando, fundiéndose con el aire mismo, volviéndose espíritu sin dejar de ser más que nunca fiel a su matiz original.
Luis Vidal forma escuela y la primera es la suya personal. El aprende de sí mismo y de su madre Monóvar. Lope pudo decir «yo me sucedo a mi mismo». Lo mismo Luis, aunque más exacto sería «yo me aprendo a mi mismo». Y Monóvar aprende de él a conocer toda su hermosura rosada y amiga de los tejados y de las golondrinas.
GERARDO DIEGO
Sëntaraille, 14 de Agosto 1976
Bibliografía
Catálogos de exposiciones, recortes de prensa de la época, Mario M. Rodríguez Ruiz