Aspectos inéditos de José Mª Alarcón
Catapultados por nuestro afán de conseguir más datos que complementen el anterior trabajo sobre el escultor monovero J. María Alarcón, hemos indagado acerca de las exposiciones de pintura en Monóvar, que se celebran por primera vez en el año 1916 coincidiendo con las fiestas patronales, teniendo como escenario el Salón de Sesiones de la Casa Ayuntamiento, y que en realidad se trata de una exposición pictórica de los alumnos de la Academia de Juan Mallebrera Esteve Llau.
La segunda exposición se realiza en las Fiestas de Septiembre de 1924 en el mismo lugar que la anterior. Juan Corbí Esteve Frescoreta, expone sus trabajos más interesantes, de entre los cuales destacan el cuadro El Cuento de la Abuelita, lienzo que hoy preside el zaguán de nuestra Casa de Cultura. Fue alumno de Juan Mallebrera y luego cuñado al casarse con doña Magdalena (maestra nacional y hermana de Juan). Ambos, exiliados, fallecieron en Francia en la década de los sesenta, concretamente en las templadas tierras de la Costa Azul donde residieron hasta el final de sus vidas, alojados como refugiados en una casa de reposo dirigida por la Sociedad de Naciones.
Alcanzamos el 7 de septiembre de 1927. En tan señalada fecha festera la Academia Mallebrera publica un catálogo de la Exposición de Dibujo, Pintura y Escultura, es pues la tercera exposición que se celebre en nuestra ciudad que tendrá lugar en el Salón de Actos del Ayuntamiento, entre los días 7 y 15 de septiembre. Una extensa lista de jóvenes pintores y escultores configuran la misma, destacando entre otros, a José María Alarcón Pina, que aporta sus obras, tanto en pintura como en escultura; Luis Vidal Maestre, quien nos obsequia con unos minuciosos apuntes diversos a pluma (copia), un Cristo de Limpias (original), y en lo referente a trabajo escultórico Blas Mira y Mi gato, ambos del natural; Joaquín Verdú Nebleza y José Marhuenda Gil con unos dibujos al lápiz; Fermín Prats López con Felipe IV, copia de Velázquez y un Ecce Homo, copia de Murillo; y Angel Sanz Alberola con dibujos varios al lápiz.
En el año 1944, la Cofradía del Santo Sepulcro decide dirigirse a José María Alarcón para proponerle que sea él quien talle la imagen del Cristo Yacente, a la vez que diseñe y realice las correspondientes andas, auténtica obra de arte que hoy podemos admirar en la procesión del Santo Entierro, por un importe total de 14.000 ptas., sufragadas por la propia cofradía
El segundo trabajo data del año 1946. Se trata del Cristo Crucificado. En esta ocasión, el matrimonio compuesto por Encarnación Blanes Molina y Juan Martínez Sánchez (el mestre d’obres Juano Caneu), abonan íntegramente los honorarios del artista que ascienden a 8.000 ptas., por expreso deseo de Encarnación, como consecuencia de una promesa realizada en su día, saliendo dicha imagen por primera vez en procesión en 1947. En ese mismo año se estrenaron por algunos de los cofrades de la Dolorosa y Nuestro Padre Jesús Nazareno, lo que serían las definitivas y actuales vestas cosa que supuso un gran desarrollo, potenciando los desfiles procesionales. Añadir que la empresa de carpintería de Enrique Corbí Cardosa fue la encargada de la construcción de las nuevas y actuales andas que portaría la imagen del Cristo.
El tercer encargo encomendado a José María Alarcón hace referencia a la imagen de La Dolorosa (1947), pero hasta la fecha no hemos podido tener acceso a documentación alguna que nos pudiera aclarar más datos. Confiamos en un futuro poder conocer su historia.
Las imágenes que contemplamos y admiramos hoy no son las originales, aquéllas que en un principio presidieron las procesiones de Semana Santa antes del 36. Las primeras desaparecieron y por supuesto citar que la autoría de varias de las aludidas obras hay que atribuirlas a Roque López, discípulo de Francisco Salzillo. A diferencia de la escuela andaluza, prototipo de las obras del escultor monovero, las de López presentan una característica plástica de las figuras que se halla en la transición de la expresión religiosa barroca al refinamiento rococó y al canon eclesiástico. También hacer referencia -aunque no es el caso de Monóvar- que mientras la escuela andaluza contempla esculturas aisladas, en los pasos de Semana Santa en Levante proliferan grupos enteros.
Soy la hija de la pintora monovera Pura Verdu, y vivo en el sur de Francia. Me encantaria entrar en contacto con el autor del articulo, Sr Rafael Poveda.