«LA VENTA DE BLAI»
«ES BLAIS Y ES PANETOS»
Ahora que ya no existe la Venta, quizá sea el momento de recordar a quienes allí vivieron durante casi un siglo, dejando su nombre para uno de nuestros barrios.
De su origen sabemos que era una finca agrícola o solar de Josefa Ríco Díez, que pasa por herencia a Marcial Pérez Pérez, (padre de Mª Trini) el cual construye una casa en esta finca llamada «Els Cantals» o de «Las Losas», y linda al N., S., y E. con camino y al O. con otra finca de Isidro Colomer Moya.
El 3 de Junio de 1.911, la compra mi bisabuelo Blai Gran Cerdá, casado con Josefa Alfonso Rico, por 5.500 ptas., y se la deja en herecia para sus hijos Blai y Paca; al casarse ésta, le compró la parte que le correspondía a su hermano, y se quedó allí a vivir con su marido Visent el Paneto, quien heredó el nombre de «Visent el de la Venta de Blai».
Aquí se unen las dos ramas de estas antiguas familias de Monóvar, de las que intento reconstruir la parte de su historia que yo conozco, pero como gran parte de monoveros derivan de las mismas, seguro que se podría añadir mucho más.
De «es Panetos» me voy a remontar a 1.802, que según consta en el archivo eclesiástico y es recogido en el libro «Mortuoris» de Rafael Poveda, es el año en que murió Juan Limorti marido de Josefa García (28-10-l.802.-)
El siguiente Limorti del que tengo datos, es Joaquín Limorti, muerto heroicamente en Marzo de l837 y que según Pascual Madoz, en su Diccionario Geográfico Estadístico de Alicante 1.845, nos lo relata así:
«Aunque en la expedición que hizo Forcadell a Orihuela a últimos de Marzo de 1.837, no se atrevió a atacar la villa de Monóvar, defendida entonces por una milicia entusiasta y unos habitantes decididos por la causa de Isabel II y de la Libertad.
Tuvo que lamentar sin embargo la muerte de seis de sus nacionales llamados, Francisco Maestre, Mauricio Pérez, José Alfonso, Tomás Pérez, Joaquin Limorti y José Aguilar, con otro de Novelda, los cuales conducían varios presos a la ciudad de Alicante, y al estar en una pequeña altura a la vista de las tropas de la Reina, las vitorearon con entusiasmo, pero aquel error les causó la muerte, habiendo sido atacados por la caballería enemiga que los acuchilló, quedando todos sin vida en el mismo sitio que ellos se proponían defender».
Posiblemente y según testimonios orales de la familia, éste sería hermano de mi taratabuelo Vicente Limorti, casado con Tomasa Gil que tuvieron seis hijos.
Sin orden cronológico : Joaquín Limorti Gil casado con Margarita Silvestre Pérez. Vicente, (abuelo de Vicente Limorti el fotógrafo), casado con Antonia Rico. Tomás, casado en primeras nupcias con Vicenta y en segundas con una exmonja. Salvador, que se marchó a vivir a Elda; María casada con Masiano Martínez, también llamado el Paneto; y Pepe.
Joaquín y Margarita, tuvieron ocho hijos, a saber: Vicente, Pepe, Juan, Benito, Joaquín, Salvador, María y Antonia.
De ellos, es Vicente Limorti Silvestre el que se casa con Paca la de Blai y se queda a vivir en la Venta, donde crecerían sus hijos, Vicente, Blai, Joaquín, Paco y también dos hijas, Paqueta y Pepita que murieron siendo niñas.
La Venta fue desde 1.916 a 1965 aproximadamente, tienda de comestibles, lugar de transacciones comerciales e intercambio de animales y víveres, con mi abuelo como testigo de dichos contratos orales, de cuya palabra él daba fe.
En la postguerra, a las entradas del pueblo se colocaban «els consumeros», personas encargadas de vigilar y anotar los productos que entraban al mismo. Una de sus ubicaciones era la Venta, con la consiguiente amistad de mi abuelo con ellos, lo que facilitaba a los demás vecinos un mejor trato para la adquisición de las diversas mercaderías.
Allí se depositaba también el correo que llegaba para los habitantes de las cuevas del «Molinet» y del «Camino Real», que él posteriormente les entregaba a medida que pasaban por la Venta.
La ronda de la pareja de la Guardia Civil, también hacia una de sus paradas para calentarse a la mor de la lumbre que siempre estaba encendida, y comentar con mi abuelo las incidencias del día.
En los últimos años, hasta poco antes de su derribo, sirvió también como garaje de los camiones de la empresa Viuda de Blai que se dedicaba al transporte de mercancías entre Monóvar y Alicante.
Su figura grande sentada al lado del fuego es el recuerdo que yo tengo de él, junto a los buenos ratos correteando por esa casona, celebrando la Nochebuena y jugando con el globo hecho de la tripa del pavo que se criaba para esa noche.
Quisiera contribuir con esta breve reseña a la memoria de estas personas y hechos de nuestro pueblo.
Paqui Limorti Aracil.